Según su limpieza, las heridas se pueden clasificar en:
CLASE 1: LIMPIA
Una herida quirúrgica no infectada en la que no se encuentra inflamación y no se ingresa al tracto respiratorio, alimentario, genital o urinario no infectado.
Además, las heridas limpias se cierran principalmente y, si es necesario, se drenan con drenaje cerrado.
Las heridas quirúrgicas por incisión que siguen a un traumatismo no penetrante (contuso) deben incluirse en esta categoría si cumplen los criterios.
CLASE 2: LIMPIA-CONTAMINADA
Herida operatoria en la que se penetran las vías respiratorias, alimentarias, genitales o urinarias en condiciones controladas y sin contaminación inusual.
Específicamente, las operaciones que involucran el tracto biliar, el apéndice, la vagina y la orofaringe se incluyen en esta categoría, siempre que no se encuentre evidencia de infección o interrupción importante de la técnica.
CLASE 3: CONTAMINADO
Heridas abiertas, recientes, accidentales.
Además, se incluyen en esta categoría las operaciones con interrupciones importantes en la técnica estéril (masaje cardíaco abierto) o derrame importante del tracto gastrointestinal, y las incisiones en las que se encuentra inflamación aguda no purulenta.
CLASE 4: SUCIA-INFECTADA
Heridas traumáticas antiguas con tejido desvitalizado retenido y aquellas que involucran infección clínica existente o vísceras perforadas.
Esta definición sugiere que los organismos que causan la infección posoperatoria estaban presentes en el campo operatorio antes de la operación.